En un mundo globalizado como el de hoy la inversión extranjera es un elemento básico en el desarrollo de los países. Lo normal es que sean grandes cadenas o grupos empresariales los que se expresen a nivel mundial a través de marcas comerciales internacionales.
Estos grupos o empresas extranjeras buscan expandir sus mercados o sus fuentes productivas por medio de la adquisición de bancos que financian la creación de conglomerados industriales, agrícolas, mineras o de servicios a lo largo y ancho de todo el mundo.
Otra forma de expansión de estas multinacionales son la licencia de marcas comerciales. Esto se hace entregando las licencias comerciales a empresas nacionales para la venta de sus productos y posibilitando el uso exclusivo de la marca.
Las inversiones de este carácter pueden ser empresas de nuestro país en otros lugares o empresas de otros lugares en nuestro país. La inversión extranjera puede ser directa, es decir llevando capital extranjero para desarrollar una empresa en un país determinado, o también puede ser indirecta haciendo un aporte de capital a una empresa ya existente. También es común la inversión de cartera, a través de acciones y bonos negociables en la bolsa de valores.
Para el pequeño inversionista las posibilidades de invertir en el extranjero o de recibir aportes desde el extranjero para realizar negocios son escasas, ya que no existen mecanismos de promoción para este tipo de inversión. Sin embargo no son pocos los casos en que extranjeros se instalan en otro país llevando su propio capital y desarrollando pequeñas empresas y negocios con éxito.
Este pequeño inversionista debe hacer un buen estudio tanto del negocio que quiere implementar como así también de la realidad económica y legal del país dónde pretende hacer su inversión.