La inversión a Plazo Fijo

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El plazo fijo es un término utilizado por los bancos y entidades financieras, para determinar el tiempo en que los depósitos de ahorro o inversión se mantienen inmovilizados, para que el cliente no los retire, de este modo los bancos pueden invertirlos y como resultado de esta gestión, poder pagarles a los inversionistas rendimientos por el capital depositado.

Se pueden clasificar de acuerdo con el tiempo de duración de la inversión. En general estas son inversiones de corto plazo, 30, 60 o 90 días, algunas pueden llegar al semestre o anuales. En general también estos cuentan con un mecanismo de renovación automática, es decir, si el inversionista no lo hace efectivo en el plazo pactado se renueva por un periodo similar.

Para el inversionista el plazo fijo le ofrece la ventaja de delimitar en el tiempo el servicio, para que le retornen su capital y los intereses y reajustes correspondientes. El plazo fijo es muy conveniente para los negocios que están comenzando.

Si el plazo fijo es de corto plazo, la rentabilidad tiende a disminuir para el inversionista. En plazos más largos normalmente se mejoran las tasas de interés para que compensen la inmovilización por mayor tiempo del capital.

En el caso de que el inversionista deba retirar con anticipación el depósito, usualmente los bancos y entidades financieras castigan las condiciones inicialmente pactadas. Por ello cuando no se tiene seguridad de los plazos es más favorable para el inversionista hacer depósitos a menor plazo e irlos renovando.