La nueva versión del crédito

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Sin lugar a dudas, no encontramos dentro de un continuo y constante proceso de cambios, la mayoría se  suponen estructurales, otros aún siendo revestidos con hábito coyuntural dejarán huella y alcanzarán casi el peldaño de la estructura. Dentro de la inmensa tipología de cambios a los que nos estamos enfrentando o nos enfrentaremos, haré especial referencia a los que tienen que ver con el ámbito de las finanzas, banca y consumo.

Por un lado, las entidades financieras, como ya es sabido, han “cerrado el grifo”, total en algunos casos y parcial en otros, en la concesión crediticia. La morosidad, principal problema al que se enfrentan las diferentes entidades que conforman el conglomerado financiero español, ha hecho mella, endureciendo sin duda alguna, los parámetros que sigue la banca para la aprobación de operaciones de activo.

Pues bien, si sumamos lo anteriormente descrito, a las maltrechas estructuras financieras de los hogares, ya sea por desempleo, eliminación de prestaciones, cargas familiares aumentadas y/o incremento en la presión fiscal, nos encontramos con un panorama desalentador. Las unidades familiares necesitan financiación, ya no solo para formalizar la adquisición de un inmueble o vehículo, sino para hacer frente a imprevistos (una celebración familiar, una factura con más base imponible mayor de lo esperado o una reparación).

Esta situación traducida en términos de estrategia como oportunidad, ha sido atisbada por unas microempresas que ofrecen préstamos o créditos,  con respuesta en un breve espacio de tiempo y sin mucha burocracia. Al producto generado por esta actividad se le conoce como dinero express.