Cinco pasos simples y efectivos para convertir tu idea en un proyecto exitoso

5 Pasos simples y efectivos para convertir tu idea en un proyecto exitoso

A menudo, muchos profesionales se encuentran en un punto, tanto personal como laboral, en el que se pueden sentir estancados. Esto frecuentemente se debe a la falta de iniciativa para emprender proyectos, actitud que suele venir tras un cierto período de estabilidad que hace a muchos, de manera poco consciente, conformarse con su situación.

Sin embargo, aunque esta situación pasa muchas veces inadvertida, esto no significa que haya que aceptarla o conformarse con ella. Un gran cambio puede venir con tan solo asumir un pequeño proyecto, y éste se concreta al dar forma a esas ideas que frecuentemente dejamos pasar.

Cada empresa exitosa que actualmente se destaca en el mundo de las finanzas, la tecnología, el software y otras áreas, comenzó por una idea sin demasiada forma. De hecho, en 1992, nuestra empresa EGA Futura, era una idea sin demasiada forma, hasta que formalmente se materializó en 1994. Por ello, potenciar y conservar las ideas es la mejor manera de evitar el estancamiento.

1. Archiva tus ideas: Muchos envían las ideas a la papelera sólo porque parecen inconcebibles, irrealizables o poco desarrolladas  Probablemente, ese pequeño pensamiento no es ahora una idea multimillonaria, pero si la archivas y vuelves a ella en unos días, semanas o tal vez meses, sea completamente diferente

Esta es la razón por la cual las empresas que se dedican a la publicidad u otras actividades creativas realizan brainstorming, y mantienen la máxima de que ninguna idea es suficientemente mala para no “arrojarla” en la tormenta de ideas. Incluso lo que puede parecer más absurdo tiene el potencial de convertirse en algo prometedor al darle un poco más de estructura.

2. Tomate el tiempo necesario para “no pensar”: Las mejores ideas en muchas ocasiones surgen cuando no las estamos buscando. Ya sea en la ducha, leyendo un libro, comiendo o caminando en la calle.

Por ello, es necesario proporcionarnos más minutos de no pensar al día, para potenciar la actividad creativa previa a todo emprendimiento. 

La meditación es una manera excelente de ocupar esos minutos, pero cualquier actividad relajante y de poco esfuerzo es válida. Mirar el paisaje por la ventana, escuchar música o contemplar alguna obra de arte son ejemplos de lo mucho que se puede hacer.

3. Guarda esa idea antes de dormir: Otro momento en el que surgen las mejores ideas es ese instante de absoluta relajación antes de caer dormidos. Por ello, como muchas veces es difícil no ceder a la tentación del sueño reparador, es necesario tener en la mesa de noche una libreta y un lápiz, un grabador, o incluso utilizar el del teléfono para registrar esa idea que surge de repente. En lo personal, nosotros nos sentimos cómodos utilizando un iPad.

Lo más probable es que, si vas a dormir sin registrar la idea, al día siguiente ya la hayas olvidado y sea más difícil recuperarla. 

4. Recapitula ideas: Una vez ante tu pequeño archivo de ideas, es hora de recapitular sobre ellas y analizarlas a profundidad. ¿Hay un nicho inexplorado a atacar con esta idea?, ¿es factible?, ¿qué se necesitaría para llevarla al plano real?, son algunas de las preguntas para volver de vez en cuando a este repertorio y elegir un potencial proyecto.

Un software de planificación podría ser útil para esta tarea, ya que permite tener en perspectiva el ensamblaje del proyecto potencial y los factores que han cambiado en él.

5. Lánzate: Una vez evaluada la factibilidad y trazado un plan, es hora de pasar a la acción. Tal vez convenga buscar la ayuda de algún amigo o colega que pueda complementarnos en los conocimientos que dominamos menos. 

Una vez emprendido el proyecto, comenzarán a surgir los contactos y las experiencias profesionales que dinamizarán nuestro mundo laboral.

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