Como aniquilar el estrés laboral, eliminar conflictos y mantener la calma en la oficina

Como aniquilar el estrés laboral, eliminar conflictos y mantener la calma en la oficina

El ambiente laboral, cargado de competitividad, personalidades completamente diferentes y estrés de orígenes diversos, es el caldo de cultivo perfecto para los conflictos. Pero estos desmejoran el rendimiento y atacan, incluso, nuestra salud.

Por ello, un manejo adecuado de las relaciones laborales, especialmente con colegas, empleados y jefes de alta conflictividad, es clave para mantener un óptimo desempeño y evitar padecimientos típicos del estrés laboral, como gastritis e hipertensión.

 

La calma se contagia

Responder de manera calmada a un planteamiento agresivo baja los ánimos de la persona que inició el diálogo de esta forma. Por el contrario, una respuesta subida de tono puede propagar la ira.

Asumir una actitud de calma y claridad ante el conflicto crea además confianza en los otros, que reducirán este tipo de conductas.

Si un jefe se aproxima con un comportamiento errático, es importante ofrecerle la información más clara posible, de una manera serena y con énfasis en la disposición a ayudar en la resolución de conflictos.

La evasión no funciona

Evitar a una persona con comportamientos excesivamente emocionales no solucionará los problemas. Por el contrario, los agravará.

El rechazo hacia estos colegas puede ser sentido por ellos como una forma de agresión, por lo que este tipo de comportamientos podrían multiplicarse en lugar de desvanecerse.

Por ello, la mejor salida es mantener una relación cordial, diplomática y limitada al ámbito de la empresa.

Cuando se trata de personas de diferentes departamentos, es bastante más fácil. Si la persona conflictiva pertenece a administración y tú te encargas de control de inventario, probablemente tendrás encuentros limitados aunque constantes con la persona.

Sin embargo, cuando ambos están en el mismo departamento, se debe limitar la relación a lo laboral, sin hacer demasiado énfasis en una actitud de exclusión de la vida personal.

Hablar con terceros es un error

Si un colega o jefe demuestra un comportamiento agresivo, hablar con terceros al respecto, incluso aunque sea en los mejores términos, puede traer consecuencias negativas.

Estas conversaciones podrían llegar a oidos de la persona, quien considerará esto como una agresión.

Además, por el efecto “bola de nieve”, probablemente lo que llegue a oídos de esa persona sea algo mucho más grave de lo que en realidad se dijo.

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