La última crisis económica ha sacado lo mejor de cada pequeño y mediano empresario para mantenerse a flote, pero también ha hecho relucir lo peor de ellos.
Para manejar una empresa o un comercio en tiempos de crisis, hace falta reenfocarse, y tomar en cuenta estos pequeños secretos.
1. Mantén siempre la calma: Los momentos de crisis pueden hacer que cada quien comience a mostrar sus expresiones faciales y corporales de depresión, sus frases de desesperación y su actitud de derrota.
Como se plantea en el artículo Secretos de Oro para ser una persona más persuasiva y tener más Éxito en todo, un gerente exitoso no sólo trata de contrarrestar el ánimo de los demás, sino que contagia a los otros con una buena disposición en tiempos de crisis.
2. Administra tu tiempo: Las empresas en crisis necesitan más tiempo y dedicación, pero aún así, mantener el orden. Por ello, es importante la administración del tiempo para saber a qué tareas se les debe dar prioridad y dedicación, cuales se pueden dejar para después y cuales se pueden delegar a un tercero.
3. Delega actividades: Es sumamente importante detectar al personal de confianza y comenzar a delegar funciones en él. No sólo se trata de dejar la facturación al departamento de facturación y las compras al departamento de compras, se trata también de confiar en los diferentes rangos para asignar responsabilidades.
4. Hazlo y no te quejes: Las empresas que desean sobrevivir a la crisis deben contar con gerentes que hagan lo necesario sin quejarse o sobredimensionar lo hecho.
5. Mantén el ego bajo control: Los líderes suben a las nubes con mucha facilidad, especialmente cuando han tenido varios éxitos consecutivos. Sin embargo, las empresas en crisis necesitan gerentes que tengan los pies sobre la tierra y puedan soportar la presión sin creerse superiores.
Este punto incluye también el buen trato a los empleados. Mandonear no garantiza la efectividad, por el contrario, la ahuyenta.
6. Ofrece refuerzo positivo a tus empleados: Si hacen algo bien, debes felicitarlos y reforzar las conductas positivas. Igualmente, cuando se equivocan o se autosabotean, es el trabajo del gerente reorientar los esfuerzos para que el equipo rinda a su máxima capacidad.
A veces, en la cotidianidad y el ajetreo del día a día en la oficina, se suele olvidar esta pequeña pero necesaria técnica de motivación.