¿Tu oficina te está enfermando? Factores decisivos para una mayor productividad

Si sientes que tu oficina te enferma, probablemente no sea un concepto tan errado.

El ambiente que reina dentro de la oficina es vital para mantener una buena salud o, por el contrario, para estar siempre enfermos y bajos de energía. 

Los números de una empresa se ven directamente afectados por las bajas por enfermedad y la falta de energía en los trabajadores. Por eso, invertir en mejorar el ambiente de trabajo siempre es provechoso.

Los problemas de salud más comunes dentro de un ambiente laboral inadecuado pasan por afecciones cardíacas, problemas lumbares, defectos visuales (como la miopía o el astigmatismo), alergias y enfermedades respiratorias, virus, entre otros.

Además de las enfermedades propias de un ambiente de trabajo insalubre o inadecuado, también están las condiciones psicosomáticas o afecciones generadas por el estrés. Gastritis, hipertensión, migrañas y aumentos en los valores sanguíneos son los más frecuentes.

Factores decisivos para una mayor productividad

Para transformar la oficina en un ambiente más saludable, en el que los empleados rindan mucho más durante el día, sólo hay que evaluar y modificar algunos aspectos.

1. Coloca ventanas amplias. La iluminación natural no sólo ahorra costos en electricidad, también ayuda a mantener una buena salud y elimina la sensación de encierro. 

Oficinas con grandes ventanales, vista exterior e iluminación natural crean un mejor estado de ánimo y una sensación de mayor libertad entre los trabajadores.

2. Reduce el ruido. Los antiguos aparatos que generan ruidos en el espacio de trabajo generan estrés e incomodidad.

Reemplaza el viejo aparato de aire acondicionado por uno que genere menos ruido y utiliza la energía de manera eficiente. Optimiza el hardware y el fancooler de las computadoras para que sean más silenciosos. 

Actualizar el software siempre es una inversión importante pero, en este caso, no olvidarnos del hardware es vital para el bienestar laboral.

3. Abre espacios. La división modular de los espacios de trabajo debe realizarse de manera que los espacios, aunque separados, luzcan abiertos y amplios. Esto ayuda a una mayor circulación del aire y a crear la sensación de que se cuenta con un mayor rango de movimiento.

Los espacios demasiado cerrados deprimen a quienes trabajan en ello, e incluso hacen sentir “asfixia”.

Administra al máximo cada rincón de la oficina, para que ésta sea útil y amplia a la vez. Realiza un inventario de equipos para que puedas planear una mejor disposición de ellos y detecta las fuentes de ruido, hacinamiento y malestar.

Pon en práctica estos principios para lograr empleados más saludables y con un mejor desempeño.

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