Con el agitado ritmo que casi todos llevamos, es bastante difícil tener todo en cuenta y llevar al detalle todas las actividades del día a día. Por ello, es necesario ayudar a la mente y no sobrecargarnos con cosas que no podemos, humanamente asumir.
1. Programa lo automático: Incluye en tus tarjetas de crédito todo pago automático que puedas, e incluye en tu cuenta bancaria el pago de las tarjetas de crédito. Todo lo que puedas automatizar, implica una cosa menos que memorizar (u olvidar) e incluso puedes ayudarte a monitorear estas transacciones con un software de finanzas. Igualmente, explora la opción de las compras programadas, no son sólo para las empresas.
2. Desglosa cada carga a añadir: antes de tomar una decisión sobre aceptar una nueva responsabilidad o añadir una nueva actividad para ti o los tuyos, desglosa: ¿qué ocupaciones colaterales conlleva esto?
Por ejemplo: tomar un curso no sólo implica reservar el horario durante el cual éste se dicta, también hay que ocupar horas extra en trabajos, asignaciones y estudios, compra de materiales y traslados. Si el curso dura cuatro horas semanales, probablemente cuatro horas más se inviertan en lo anteriormente descrito. ¿Realmente dispones del tiempo?
3. Adelanta lo posible: durante la semana, probablemente olvidarás cosas, o no tendrás tiempo para otras. Compra alimentos no perecederos, artículos de oficina, artículos de higiene personal y otros al mayor, de acuerdo con tus posibilidades. De esta manera, no tendrás que ocuparte de eso cada semana.
Cocina alimentos refrigerables el fin de semana y consumelos durante la semana cuando no tengas tiempo de cocinar, prepara todas las semanas tu agenda y alista todas las noches lo necesario para la mañana siguiente.
4. Maneja el tiempo como un presupuesto: pensar en el tiempo en términos monetarios es probablemente una manera más clara de ver su administración. Principios como gastar primero en lo necesario, calcular un extra para contingencias y no comprometerse a gastar más de lo que se tiene se pueden aplicar fácilmente a la agenda diaria.
5. Delega: tanto en el trabajo como en la vida personal tenemos personas a las cuales es adecuado (y necesario) delegar tareas y funciones. En ninguno de estos dos aspectos se espera que hagamos todo por nuestra cuenta y sin buscar ayuda.